por Emiliano Jiménez.
En esta semana dedicada a la Geología, que promueve la
Asociación de Amigos de la Sala de las Tortugas, dos conferenciantes son colaboradores de ella. Me estoy refiriendo a
Adán Pérez García, que hablará el miércoles y a
Santiago Martín de Jesús, que lo hará el jueves.
¿Qué se puede decir de ellos que no esté dicho? Pues se me ocurre que están "volviendo patas arriba" lo que yo hice. Y ello me llena de orgullo y de satisfacción.
¿Que qué han hecho? Pues veréis...
Adán Pérez García, estudiando y redefiniendo muchas de las tortugas que yo dejé. Así, los gigantescos testudínidos terrestres del Terciario Superior, que tras muchos balbuceos todos acordamos incluirlos dentro del género
Cheirogaster, sabiendo que ello sólo podía ser provisional,
Adán ha creado para ellos el nuevo género
Titanochelys, a nivel de toda Europa, dejando cuatro especies, la ibérica como
bolivari, definida en 1917 por
Eduardo Hernández Pacheco.
Lo mismo puede decirse de
Hadrianus, un hasta ahora enigmático género de tortugas terrestres semigigantes, selváticas, del Eoceno europeo, que dentro de muy poco tendrán otro nombre que
Adán nos dirá.
Y luego le tocará el turno al pelomedúsido
Neochelys, y después al caretoquélido
Allaeochelys, aunque no creo que haya que cambiar su designación. De ambos, y también de
Hadrianus, la
Sala de las Tortugas dispone de la mayor y mejor representación europea.
Y de
Santiago Martín de Jesús ¿qué puedo decir? Que ha sido mi principal colaborador durante tantos años, con un largo lapso de dedicación a la informática. Ahora está de nuevo en
su Sala de las Tortugas, donde desde hace nueve meses derrocha generosidad. Los descubrimientos que está realizando en esta nueva etapa, son fantásticos. ¡Y se producen cada día!
A él se debe el conocimiento de que el terrible
Iberosuchus, el último cocodrilo corredor, rey de las selvas paleógenas, lo era más aún por ser ¡venenoso! Y que el famoso
Neochelys conocido como "el eunuco" fue atacado por este cocodrilo corredor y no por el fluvial
Asiatosuchus. Y muchas cosas más, a diario. Lleva catalogadas más de 10.000 piezas nuevas, pasando de las 15.000 que había hace un año, a las 25.000. ¡Y aún faltan muchas por restaurar!
Estas conferencias están tratando de revalorizar, aún más si cabe, la presencia de la
Sala de las Tortugas en
Salamanca, museo desconocido y sin ayudas institucionales, que posee uno de los mayores tesoros paleontológicos de
España.